Lo recuerdo claramente. La fecha, 29 de junio de 1993, horas de la tarde. El sitio, barrio Country Sur de Bogotá. Recibí una llamada de mi amigo Óscar Leonardo Castro. Estaba llorando y se notaba que había bebido. Lo primero que me imaginé fue una noticia trágica de alguno de sus padres. No me quiso decir nada, solo que me esperaba en el almacén de muebles de su papá, sobre la décima con 33 sur, a tres cuadras de la casa donde yo vivía. Leo se había convertido en mi mejor amigo y por consiguiente sentía gran aprecio por toda su familia. La incertidumbre era total.
Los amantes de la buena salsa generalmente nos aferramos a lo clásico. Es una apuesta que no tiene pierde. La cita “todo tiempo pasado fue mejor” aplica perfectamente dentro del contexto de la música afrocaribeña.